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y recorrer alguna distancia por tierra para ver lo que tenían delante. Cuando acabó decidiendo que eso
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sería lo mejor descubrió que ya era demasiado tarde. Las orillas se habían vuelto tan abruptas que no
había sitio alguno donde dejar la canoa.
Entonces doblaron un recodo del río y los muros de seis metros de alto se convirtieron en muros que
tenían treinta metros de altura; el barro había desaparecido cediendo su lugar a la roca; el canal se hizo
todavía más angosto, la canoa empezó a viajar mucho más deprisa y el agua se volvió agitada y
turbulenta.
 Tendría que haber reconocido este sitio, pero ha pasado cierto tiempo y lo vi desde el aire dijo
Eeva . Desde aquí abajo parece diferente.
El cañón se iba curvando poco a poco y acababa volviéndose recto. Los acantilados se hicieron aún
más altos y empezaron a extenderse por encima de sus cabezas. La roca era de color negro, rugosa e
irregular. Ahora no había ningún sitio donde Ras y Eeva pudieran protegerse, ni aun abandonando la
canoa.
 Más adelante hay una isla dijo Eeva. Estaba muy cerca de él, como si deseara algún tipo de
protección ante aquellas lúgubres rocas, y hablaba más alto que antes, como si necesitara hacerse oír por
encima de algún potente ruido. Pero el río, de momento, seguía limitándose a gruñir; todavía no había
empezado con los rugidos.
El río se dividió unos ciento cincuenta metros más adelante. El agua empezó a correr por dos angostos
canales que nacían de un promontorio rocoso no demasiado alto y que tendría aproximadamente unos
dos metros en su punto más ancho. Por esta parte Ras no podía ver la otra , la isla tenía la misma
forma que una punta de lanza, con el extremo dirigido hacia la corriente. La isla surgía del agua de forma
bastante gradual, por lo que desde el lado probablemente tendría la misma forma que el caparazón de
una tortuga.
Más allá de la isla, a unos trescientos metros de distancia, estaban los acantilados, y en su base se veía
un agujero que tendría unos treinta metros de ancho por unos quince de alto. El agujero contenía el final
del río y del mundo que en un tiempo Ras había pensado era el único mundo existente, así como una
negrura parecida al final de ese mundo.
En lo alto de la isla había una choza bastante grande con un tejado hecho de ramas y hojas. Rodeándola
por todas partes había muchas estatuas de madera, así como algunas estatuas de piedra.
Ras sintió un escalofrío, pero estaba demasiado ocupado usando el remo para llevar la canoa hacia la
isla. La canoa acabó llegando al punto exacto donde quería situarla, con su proa deslizándose hacia
arriba para acabar chocando con una cornisa de roca a la que traicionaba la blanca espuma de las aguas.
El frenazo fue tan brusco que tanto él como Eeva cayeron de bruces, pero no se vieron arrojados fuera
de la embarcación. Se incorporaron de un salto y se lanzaron al agua. Llevar la canoa hasta la roca les
costó bastante, porque el río intentaba apoderarse de ella, pero finalmente lo consiguieron.
 ¿Quién puede desear vivir en semejante sitio? dijo Eeva en cuanto hubo dejado de jadear.
 El viejo mago al que los wantso llaman Wizozu y los sharrikt llaman Vishshush dijo Ras . Ya te he
hablado de eso. Los wantso dicen que vivía aquí antes de que los thatumu, el pueblo al que los sharrikt
llaman los dattum, cruzaran el agujero por el que salieron del mundo inferior.
Eeva sonrió, como si supiera muy bien de qué estaba hablando, y dijo:
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 Dudo que esa choza hubiera durado tanto tiempo, o que alguien haya salido nunca por ese agujero.
¿Cómo podrían haber ido en contra de la corriente?
 Gilluk me dijo que en el pasado existía un camino que iba por las cuevas de la montaña, y que ese
camino seguía el río y acababa encima de él. Además, en aquellos tiempos el río era más pequeño.
 Quizá  dijo Eeva . De todas formas, aquí no hay ningún Viejo Mago Sabio.
 Entonces, no tengo ni idea de con quien pudieron hablar Wuwufa y Gilluk cuando vinieron aquí de
jóvenes para conseguir poder y sabiduría dijo Ras.
 Ah, ¿no? ¿Y cómo consiguieron volver remontando el río en contra de esa corriente? le preguntó
ella.
 No lo sé, pero hay una forma de hacerlo. Wizozu les dijo a Wuwufa y a Gilluk cómo podían volver
sin peligro, pero también les hizo prometer que no se lo contarían a nadie más.
Eeva agitó la cabeza en un gesto de impaciencia.
 Hablando no vamos a resolver nada dijo . Veamos lo que hay dentro de la choza. [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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